Organizar la deserción en todas partes

La UE es un muerto que camina. Macabro triunfo del TrumPutinismo • Por Franco Berardi “Bifo”

Publicado en • Última modificación

Disertiamo (Desertemos), cartel callejero, Viale Carducci, Bologna

Disertiamo [Desertemos], cartel callejero en Viale Carducci, Bologna

Monseñor Giovanni Ricchiuti, de Pax Christi, dijo que sería bueno cantar a coro una canción escrita por Boris Vian. Aprovecho la ocasión para volver a proponer a los lectores de Il Disertore la letra y la música de esa canción.

La guerra interblanca entra en su fase final. El superpoder ruso-estadounidense está arrastrando al mundo a una guerra que puede desenvolverse en términos nucleares.

Para recapitular los (inmundos) episodios anteriores: la oligarquía petrolera rusa se ha abalanzado sobre Ucrania, pero no se entiende nada de esa guerra si no se tiene en cuenta el rol que ha tenido la presidencia de Biden en arrastrar a Ucrania hacia una guerra suicida. Estados Unidos perseguía el objetivo de boicotear la economía alemana y romper la Unión Europea. Ha obtenido lo que quería, y ahora Ucrania ya no le importa para nada. Que ceda el Donbás y Crimea, que se doblegue ante la fuerza de las armas rusas, que renuncie a cualquier futuro de independencia.

Cuatro años y cientos de miles de víctimas después, Ucrania está destruida, ha comprometido sus recursos en una guerra perdida, seis millones de ciudadanos han abandonado el país y ahora, con un nuevo presidente estadounidense, quienes empujaron a Zelenski a la guerra lo insultan, lo traicionan, le dicen que deje de molestar y ceda territorios, dignidad y futuro.

Pero la UE se ha precipitado al abismo junto con los nacionalistas corruptos del régimen de Zelenski.

En 2022, Europa cayó en la trampa de Joe Biden, se comprometió a apoyar a Ucrania con dinero y con las armas, mientras Alemania rompía relaciones con los proveedores energéticos rusos y se hundía en la crisis económica y en la confusión mental.

Desde ese momento, la guerra se ha apoderado del centro de mando.

Ahora, para restaurar el honor perdido y, sobre todo, para engrosar la economía en peligro de derrumbe, las altas esferas de la Unión se comprometen en el rearme. Por si fuera poco, piden a los europeos que tienen hijos (poquísimos) que se preparen para sacrificarlos en el altar de la Nación.

Se prepara la batalla final entre la liberal-democracia europea y la oligarquía plutocrática trumputinista. Se restaura el servicio militar. Dicen que será voluntario, pero para los pobres nunca nada es voluntario. Serán los hijos de los trabajadores quienes tendrán que aceptar un salario militar a cambio de su vida. La ley que restaura el servicio militar en el Estado alemán advierte que, si no hay suficientes voluntarios, las autoridades podrán imponer la conscripción por sorteo.

No podría haber una declaración de fracaso más definitiva para la Unión Europea, que nació para garantizar la paz y hoy se encuentra militarizando la economía para participar en una guerra ya perdida, mientras los partidos filo-trumputinistas se avecinan a conquistar la mayoría en muchos países europeos.

Se celebra el macabro triunfo del TrumPutinismo. La Unión Europea es un muerto que camina.

En Berlín, una multitud de desertores demuestra en las calles su rechazo al servicio militar obligatorio.

Llegó la hora de declarar la deserción generalizada.

Le déserteur (Boris Vian)

Monsieur le Président
Je vous fais une lettre
Que vous lirez peut-être
Si vous avez le temps
Je viens de recevoir
Mes papiers militaires
Pour partir à la guerre
Avant mercredi soir

Monsieur le Président
Je ne veux pas la faire
Je ne suis pas sur terre
Pour tuer des pauvres gens
C’est pas pour vous fâcher
Il faut que je vous dise
Ma décision est prise
Je m’en vais déserter

Depuis que je suis né
J’ai vu mourir mon père
J’ai vu partir mes frères
Et pleurer mes enfants
Ma mère a tant souffert
Qu’elle est dedans sa tombe
Et se moque des bombes
Et se moque des vers

Quand j’étais prisonnier
On m’a volé ma femme
On m’a volé mon âme
Et tout mon cher passé
Demain de bon matin
Je fermerai ma porte
Au nez des années mortes
J’irai sur les chemins

Je mendierai ma vie
Sur les routes de France
De Bretagne en Provence
Et je dirai aux gens
Refusez d’obéir
Refusez de la faire
N’allez pas à la guerre
Refusez de partir

S’il faut donner son sang
Allez donner le vôtre
Vous êtes bon apôtre
Monsieur le Président
Si vous me poursuivez
Prévenez vos gendarmes
Que je n’aurai pas d’armes
Et qu’ils pourront tirer